Pasa en muchos ámbitos de la sociedad y no esta exceptuada la pesca: ven el tamaño pequeño del anzuelo y los peces que se pueden contar con los dedos de las manos y castigan severamente al infractor, sin que eso se justifique o no amerite infracción, pero nada hacen contra de los que depredan a mansalva con redes de todo tipo y artimañas. Es mas, vas con tu caja de pesca, licencia, cuentas y mides los peces para no pasarte de las normas, y aun así te buscan la quinta pata al gato. Mientras, vez los barquitos con redes de arrastre, pescas al lado del que sabes que es el depredador de la zona,  y hasta a veces sabes que el que te esta por venir a controlar esta prendido con ellos, y no sabes si estarás en regla para seguir pescando tranquilo.

Ya finalizada la jornada, contento con los pescados que en regla te llevaste para compartir con amigos y familiares, cruzas decenas de puestos que venden pescados de todo tipo y tamaño, estén o no en peligro, e incluso supermercados o almacenes, y hasta debes aguantar a quien te dice ¿para que gastaste en ir a pescar para sacar esas piezas si mucho mas barato es comprarla a la pasada?, o peor, ¿los pescaste o los sacaste con red o compraste?

Estamos aun a tiempo, aunque ya jugando con fuego, de revertir la situación y hacer nuestra parte respetando, sin que alguien nos este marcando por que camino ir, y de sancionar como corresponde desde el cargo que tengamos con toda la fuerza de la ley,  para poder lograr que no solo nosotros y nuestros hijos puedan seguir disfrutando este deporte y tantas otras especie terrestres, sino también nuestros nietos y generaciones venideras.

Porque nada ni nadie tiene derecho a privar a otro de nada de lo maravilloso de este mundo…

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