El 26 de enero ha sido instituído hace algunos años como «Día Mundial del Pescador»; es decir, este día está dedicado a TODOS los pescadores, desde aquellos que encuentran en la pesca una actividad de recreación y placer hasta los que pueden pasar muchos días en el mar a bordo de grandes barcos pesqueros, sin dejar de incluir a los pescadores de zonas ribereñas que encuentran en los ríos su fuente de subsistencia.

Y a propósito, queremos dejar una breve reflexión.
La pesca, de cualquier índole, llevada a cabo responsablemente, respetando regulaciones que por algo están y han sido elaboradas teniendo en cuenta preceptos bien fundados, jamás será dañina.
Los recursos, en este caso ícticos, están para aprovecharlos y no hay nada de malo en eso.
No estamos en contra de la pesca comercial ni de la pesca deportiva en la que algunas capturas no son devueltas. Simplemente, consideramos que hay que saber «usar» y no «abusar». Porque si hoy no respetamos las normas destinadas a preservar la fauna de las aguas para que siga siendo un recurso renovable, en algún momento se agotará.
Y SI NO HAY MÁS PECES, TAMPOCO HABRÁN PESCADORES…